sábado, 20 de julio de 2013

A ésta amé yo desde mi juventud


A ésta amé yo desde mi juventud, procuré tomarla por esposa mía, y quedé enamorado de su hermosura. Ella manifiesta la gloria de su origen porque habita con Dios, y el Maestro de todas las cosas la ama.

Salomón


Dulcinea es alta por linaje, a causa de que sobre la buena sangre resplandece y campea la hermosura con más grados de perfección que en las hermosas y humildemente nacidas.

Miguel de Cervantes


Cuando a Beatriz, con el izquierdo flanco,
veo que al sol con el ojo franco afronta
que águila nunca le clavó tan franco.
Y cual rayo segundo se remonta
del primero, cuando a éste algo se opuso,
y asciende cual halcón con su ala pronta,
así su gesto en su inconsciente infuso
por los ojos, mi gesto le sucede
reflejo, y mire al sol como no es uso.

Dante Alighieri


Nadi puede ser dichoso,
señora, ni desdichado
sino que os haya mirado.

Porque la gloria de veros
en ese punto se quita
que se piensa mereceros,
así que sin conoceros,
nadi puede ser dichoso,
señora, ni desdichado
sino que os haya mirado.

Garcilaso de la Vega


En Tu Luz, veremos la Luz

David



jueves, 18 de julio de 2013

La Canción del Emperador. Mille Regretz.


Mil pesares por abandonaros
Y por alejar de mí vuestro rostro amado,
Mi pena y mi dolor son tan grandes
Que veo cerca el fin de mis días.





Mille regretz de vous abandoner
Et d'elonger, votre face amoreuse,
J'ai si grand dueil et peine douloureuse
Q'on me verra brief mes jours déffiner.

                                                              Josquin Desprez

miércoles, 17 de julio de 2013

Si hija de mi amor, mi muerte fuese



Si hija de mi amor, mi muerte fuese
¡qué parto tan dichoso que sería
el de mi amor contra la vida mía.
¡Qué gloria que le morir de amar naciese!

Llevara yo en el alma a donde fuese
el fuego en que me abraso, y guardaría
su alma fiel con la ceniza fría
en el mismo sepulcro en que durmiese.

De esotra parte de la muerte dura
vivirán en mi sombra mis cuidados,
y más allá del Lethe mi memoria.

Triunfará del olvido tu hermosura
mi pura fe y ardiente, de los hados;
y en el no ser, por amar, será mi gloria.


Francisco de Quevedo